La hidroponía tiene muchos sistemas de riego; de hecho, el sistema de riego es una parte que está en constante investigación y desarrollo. Con la gran cantidad de materiales que existen y los nuevos que salen, cada día hay más ideas y adaptaciones.
Con todo esto, elegir el sistema de riego que vas a utilizar puede resultar confuso. Sin embargo, la hidroponía puede ser muy fácil si la haces fácil. Un error que he visto con el paso de los años es que mucha gente trata de hacer lo más avanzado que ve, cuando hay cosas mucho más simples.
Aunque hay muchos sistemas de riego, todos se derivan de los principales o salen de una mezcla de ellos. Aquí el asunto es ver en que punto estás. Si no sabes nada de hidroponía, lo mejor es que te vayas con lo sencillo, como la maceta con sustrato o utilizando una mecha.
Si ya sabes como hacer las cosas pero no tienes tiempo, tal vez el riego de goteo sea una buena opción para ti. Aunque no soy fan de este sistema de riego, es muy simple de hacer y tiene décadas en uso. Como es muy utilizado, ha pasado por muchos años de desarrollo e investigación, además de que hay mil aparatos de muchos precios que puedes utilizar para adaptar tu huerto hidropónico. Además de eso, lo puedes conseguir casi en cualquier lugar. Con el riego de goteo puedes instalar (o pedir que te lo instalen) el sistema y dejarlo en automático, quitándote el trabajo de encima.
Como verás, las circunstancias en las que hagas las cosas tienen mucho que ver para lo que vayas a elegir. Hay sistemas de riego que son excelentes en ciertas circunstancias, pero que son difíciles de implementar en tu casa por muchas razones.
Lo mejor es que experimentes con todos los que puedas, empezando por los más simples. A mi hay sistemas de riego que no me gustan porque ya los probé y no se adaptaban a mi tiempo o ganas. Lo mismo pasará contigo eventualmente. Hay algunos que son buenos para los que no tienen tiempo, otros para los que no tienen dinero, otros para los que no saben mucho y cualquier combinación que quieras hacer.
Así que prueba los que puedas y decide cuál es el bueno para ti. La gran mayoría los puedes hacer muy rápido y con poco dinero. Utiliza plantas como la lechuga y las calabazas, que crecen rápido, para que veas como funcionan.
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